5) LA CANTINA DE LA TÍA 20/05/08

Estaba mi padre trabajando en una casa, la llamó a mi madre para que lo acompañe, luego vuelven y lo veo haciendo un trabajo de gas con su ambo de mangas largas todo transpirado, trabajando como negro con dos caños envueltos con una cinta plateada, que no recuerdo como se llama, para recubrir los caños de gas, yo lo tomaba de los hombros y le decía con voz suave y cariñosa -“papi, dejá, descansá, hacelo después”, mi madre estaba sentada al lado mirando y él me contestaba – “Ni en pedo (término que nosotros jamás utilizamos) después tengo que volver a hacerlo otra vez”. Luego se fue a otra casa a trabajar , yo justo tuve que ir a comprar o a buscar algo a esa casa, no sabía que él estaba ahí trabajando, era la cantina de una tía de él (la cual no conozco) estaba sentado con esa tía y otra persona más al lado de la puerta de entrada, pero del lado de afuera, yo entro, busco lo que tenía que buscar y me siento para comer algo; miraba los precios y leía las promociones que estaban afuera en los carteles hechos en pizarrones negros, con tiza blanca puestos en el piso, de esos que se pliegan y quedan como si fuese una carpita, la cantina era amplia, antigua, con muchas mesas, pero con muy poca gente, habían dos mostradores largos en “L” de madera, sólo tenía 5 pesos quería una ensalada mixta con un churrasco, pero no me alcanzaba, debí conformarme con dos sandwichs, sin bebida y quedándome con muchas ganas de comer la ensalada.

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